Los factores educativos tienen una gran influencia en esta disfunción, “si la educación ha sido restrictiva o no ha habido un conocimiento del cuerpo”, considera la sexóloga ecuatoriana María Ortiz, quien ofreció la ponencia “Lo último en el tratamiento de la anorgasmia femenina”.
Entre los factores que provocan la anorgasmia, también conocida como «trastorno orgásmico femenino», se suman los posibles «antecedentes de abuso sexual o antecedentes biológicos y médicos», como la toma de fármacos como antidepresivos «o enfermedades de base como las enfermedades vasculares, que también predisponer».
Este experto ha señalado que no existe un fármaco aprobado específicamente para tratar esta disfunción, «pero se están realizando estudios, por ejemplo, con testosterona, ya sea oral o en parches, aunque principalmente en mujeres posmenopáusicas, cuando hay un descenso de esta hormona». .
Otras posibilidades son «ejercicios de respiración, yoga y meditación» y, en el campo de la terapia y educación cognitiva y conductual, «que la persona tenga un mejor conocimiento de su cuerpo y sus percepciones», además de «técnicas sexuales en cuanto a las relaciones sexuales». que permitan una mayor estimulación del clítoris, o el uso de juguetes sexuales».
Los cuatro «pilares fundamentales» del tratamiento de esta disfunción son la educación, la terapia conductual, la terapia sexual y el uso de fármacos, aunque es «la terapia combinada la que puede dar mejores resultados», según la especialista.
También ha señalado que hay «muchos mitos al respecto» y que, con la idea «de que todas las mujeres tenemos que ser multiorgásmicas, esto se convierte en un reto y trae muchas molestias», por lo que es «bueno acude a un experto”, ya que “con educación se resuelven entre el 80 y el 90 por ciento de las llamadas disfunciones sexuales”.
Posibles Causas
Específicamente, los trastornos depresivos y de ansiedad disminuyen el deseo y la excitación. Estos casos pueden incluir experiencias sexuales negativas previas, historias de abuso y maltrato, o experiencias traumáticas o de pérdida.
Además de los factores psicológicos, también existen factores físicos como los trastornos hormonales, como la disminución de los niveles de testosterona, la influencia de otros medicamentos (principalmente antidepresivos ISRS) o cualquier lesión o alteración de ambos genitales (por ejemplo, la ablación que se realiza en ciertas regiones del mundo) y las partes del cuerpo implicadas en la respuesta sexual (lesión de la médula ósea o lesión de la musculatura del suelo pélvico). Las enfermedades crónicas también influyen, en algunos casos puntuales.
En cuanto a las causas, también se puede sumar el alcoholismo, que puede convertirse en un problema para llegar al clímax, así como el tabaco, ya que limita el flujo de sangre a los órganos sexuales.
La edad es otro factor desencadenante. A medida que una mujer envejece y se acerca la menopausia, puede tener un efecto sobre la sexualidad a través de la disminución de los niveles de estrógeno, la sudoración y los cambios de humor.
No existe un método específico para prevenir la anorgasmia, aunque es importante acudir a un especialista (el psiquiatra, el ginecólogo o el sexólogo pueden ayudar), si la imposibilidad de alcanzar el clímax es un problema.