Quiero recordarles que los maestros ignorantes tenemos la satisfacción y el orgullo de haber formado a varias generaciones de profesionales competentes, que han ocupado importantes puestos de liderazgo tanto en nuestro país como en otras naciones y que han hecho grandes aportes al engrandecimiento de la Patria. .
Licda. Carla Evelyn Hananía de Varela.
Señora Ministra respetable:
Mi dignidad como persona, el amor a mi vocación docente y el respeto que merecen mis compañeros profesores me impulsan a escribirles estas líneas.
Me gustaría referirme a sus lamentables declaraciones realizadas recientemente en las que, con evidente resentimiento hacia el gremio docente, se refiere de manera despectiva a los docentes que de buena fe han pasado por el cuestionable proceso para postularse a un lugar en el sistema educativo nacional. .
Entiendo que usted es un profesional en sociología, formación que, en teoría, debería darle las habilidades suficientes para comprender las limitaciones, el entorno social convulso y las precarias condiciones en las que se desarrolla la actividad docente en El Salvador, y que, estoy seguro , lo sabrá, si no de vista, al menos de oídas.
Ante esta realidad, que ningún salvadoreño desconoce, creo que no es mucho pedirles que se esfuercen por ser más comprensivos o empáticos (como dicen hoy) y, sobre todo, respetuosos con los profesores que, a pesar de tales adversidades. condiciones, se esfuerzan, como verdaderos apóstoles de la educación, por brindar a nuestros hijos el pan del conocimiento. El hecho de que miles de profesores estén solicitando una plaza en Educación prueba lo que estoy diciendo.
Además, señora Ministra, según su currículum, ha trabajado con organismos nacionales e internacionales en la promoción y defensa de los derechos humanos, lo que sugiere que es una persona sensible y respetuosa de los derechos de los demás. Sin embargo, desde que asumió la cartera del Estado, sus mensajes hacia el gremio docente siempre han estado impregnados de críticas, descalificaciones y expresiones lesivas a la dignidad de los docentes. Y para colmo, lastima públicamente su honor al llamarlos ignorantes e incompetentes y, también públicamente, amenaza con privarlos del derecho al trabajo.
Sin la intención de instruirla en derechos humanos (ya que estoy ante un experto en la materia), quisiera recordarles que el artículo 2 de nuestra Constitución (aún vigente) establece, como derechos fundamentales de la persona, el derecho a la el trabajo y el derecho a honrar a aquellos a quienes vilipendia con sus mensajes de odio, lo cual, mi agradecido Ministro, es inaceptable.
Quiero recordarles que los maestros ignorantes tenemos la satisfacción y el orgullo de haber formado a varias generaciones de profesionales competentes, que han ocupado importantes puestos de liderazgo tanto en nuestro país como en otras naciones y que han hecho grandes aportes al engrandecimiento de la Patria. .
Hablando de incompetencias, Señora Ministra, la invito a revisar los videos de sus entrevistas y sus mensajes de Twitter y verá que también tiene sus lazos léxicos, que entre el gremio docente comentamos en privado, pero que por respeto a su dignidad, nunca los haríamos referencia en público. No en vano pasamos por la universidad.
En cuanto al proceso de selección de maestros para nuevos cargos, déjame decirte que con este proceso estás cometiendo la mayor aberración, injusticia e ilegalidad que ningún ministro -por malo o incapaz- había cometido antes, al someterlos a un proceso engorroso e ineficiente. , innecesario y, para colmo, manipulado. Todo El Salvador sabe que su objetivo es reducir la calidad de la educación con maestros arrodillados ante el gobierno y formando un sindicato de maestros políticamente manipuladores. Es por eso que a un grupo se le permitió tomar la prueba seis horas después que el resto de los profesores. Con estas prácticas, señora ministra, no se combate la corrupción.
Finalmente, con todo lo anterior, es evidente que no cuenta con la formación profesional requerida para liderar el Ministerio de Educación, por lo que sugiero que, en un acto de rectitud y humildad intelectual, se retire con dignidad de su cargo y solicite al presidente para asignarle otra función en la administración pública. Por supuesto, no olvide agradecerle.
Con el debido respeto y mucha indignación, me despido de ustedes.
Atentamente
Marvin D. Portillo
Maestro con mucho honor.