Previo al Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora cada 12 de junio, la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) instó ayer al Estado a proteger a los niños de estas condiciones y cambiarlos por un “círculo virtuoso de la educación”. Según datos del mismo gobierno, solo en 2021, el trabajo alejó de las escuelas a casi 4.500 estudiantes.
“Durante muchas décadas, en la región centroamericana venimos experimentando graves violaciones a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, quienes han sido empleados para realizar trabajos forzados o de alta peligrosidad”, dijo Josué Murillo, representante de FUPAD, en el marco del lanzamiento de un proyecto para la prevención del trabajo infantil.
En sus estadísticas más recientes, el Ministerio de Educación (MINED) reportó 4.499 casos de deserción escolar en 2021 que estuvieron relacionados con algún tipo de trabajo realizado por los estudiantes. Esta es la cifra más alta desde 2018, cuando la cartera del Estado registró 5.912 casos por estos mismos motivos.
Entre ellos se encuentran 3.034 casos atribuidos a «otros trabajos estudiantiles», un aumento del 63,4 % frente a los 1.857 de 2020 y la cifra más alta desde 2014. También incluye 724 que abandonaron la escuela por sus labores agrícolas, el doble de los 312 de 2019 y el triple de 244. de 2020, aunque muy por debajo de las 2.874 de 2018. Otras 418 dejaron sus estudios para hacer trabajo doméstico, cinco veces más que las 83 de 2020; mientras que 323 desertaron por cuidar a un familiar, un 57% más que en 2020.
La directora del proyecto Acción Laboral Colectiva, Carolina Quinteros, quien también participó en el evento de FUPAD, explicó que la mayoría de los niños en El Salvador se emplean en labores agrícolas, mientras que las niñas trabajan en el hogar. “Esto es menos visible porque (el trabajo doméstico) se asimila como parte del rol que juegan las niñas y mujeres desde muy pequeñas. Las niñas están haciendo trabajo de cuidado (…) y eso también las deja fuera de oportunidades de estudio”, dijo. dicho.
En 2022, la tasa de trabajo infantil cayó un punto y llegó a 5,1%, según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM). La población de 5 a 17 años que se encontraba en esta condición ascendía a 66.353, de los cuales 16.799 (25%) se encontraban en la categoría de empleo por debajo de la edad mínima permitida, que en el país es de 14 años; mientras que 49.554 (75%) se encontraban en la categoría de trabajo peligroso, es decir, aquel que pone en riesgo el bienestar físico, mental o moral de los adolescentes, aunque se encuentren en edad de trabajar.
Quinteros llamó a las familias a proteger a los niños, pero también hizo un llamado al Estado, por su rol de protección social. “Es un fenómeno ligado a la pobreza, las familias son limitadas”, dijo.
Josué Murillo, de PADF, dijo que también es importante trabajar de la mano con la empresa privada y advirtió que el trabajo infantil fomenta otros fenómenos que vulneran a los niños, como la trata de personas o el abuso sexual.