El origen de los liceos cristianos en El Salvador es solo un trasfondo, la historia de la nueva obra del escritor salvadoreño es una en la que abunda la esperanza y la solidaridad, una que fue replicada a nivel mundial.
No hay duda de que nada sucede por sí solo. Los cristianos afirman que los caminos de Dios son torcidos, impredecibles, pero perfectos.
Se puede decir que esta historia es prueba de ello, ya que qué relación puede tener Juan Bueno y su apostolado con un autor que comulga con el budismo y ha publicado títulos como “El oligarca rebelde”, “Crónicas de guerra”, “Noviembre sangriento. Y otras historias de la guerra en El Salvador” o “Las claves de una derrota”. Casi nada.
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Pero como buen amante del séptimo arte, Marvin Galeas descubrió una historia extraordinaria en el corazón de la historia de los liceos cristianos en El Salvador.
Por ello, accedió a escribir sobre la huella de Pastor Bueno en territorio nacional en medio de una pandemia, lo que terminó amarrando una serie de proyectos que el autor espera concretar pronto.
El libro sobre Bueno y el método educativo de sus escuelas secundarias, que fue replicado en todo el mundo, se centra en los niños. En los niños que viven en riesgo en los barrios menos favorecidos de El Salvador, los que tienen muy pocas oportunidades de mejorar.
Se titula “…sólo quedan tres” y se lanza oficialmente en unos días.
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Pero, ¿por qué solo quedaron tres? Pues porque la historia de los liceos de Juan Bueno empezó con el encuentro entre él y un repartidor de periódicos, al que solo le quedaban tres periódicos para irse a casa.
Ese revelador episodio ocurrió en una lluviosa noche de invierno de 1962, justo el día 33. calle poniente y 25. Avenida norte de San Salvador.
Bueno regresaba de un viaje evangelizador por el oriente del país, cuando vio a un niño vendiendo periódicos en lugar de estar en su casa. Preocupado, se le acercó y le preguntó por qué no regresaba a su casa. “El niño respondió que su madre le había dicho que para irse a casa tenía que venderlos todos. Todavía tenía 3 copias. Conmovido, Juan Bueno le compró lo que tenía y el niño se fue contento”, reza la nota introductoria del libro.
Entonces, ¿cuál es la relación entre ese pequeño periódico y las escuelas secundarias cristianas? De eso se trata el trabajo, el pastor Bueno reconoció en ese niño en situación de vulnerabilidad el llamado de Dios, de un Señor Todopoderoso que lo llamó a influir en la vida de esos pequeños con pocas oportunidades, para que esos días agotadores de trabajo infantil no se repetiria mas. Actualmente, hay 37 escuelas en funcionamiento y miles de niños han culminado con éxito su formación académica.
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Galeas y el escritor Carlos Clará, quien también colaboró en la redacción e investigación de esta publicación, descubren los mil y un desafíos que implica poner en marcha el bachillerato cristiano en El Salvador. Una narración que no solo incluye el protagonismo de los infantes y el heroísmo de los benefactores, sino que también visibiliza a personas comunes, a menudo ajenas al cristianismo, que se convirtieron en protagonistas de esta historia.
En 21 capítulos, una introducción y un epílogo, se revelan logros y oscuros pasajes detrás de los centros educativos. Por supuesto, el predicador Jimmy Swaggart es parte de la historia, y no faltan las fotos históricas.
Hay tanta riqueza de datos, que era imposible no apasionarse por el proyecto. La historia, como me dijo Galeas mientras disfrutaba de un café con leche, se lee como una novela, «pero con algo de mi imaginación», aclaró el exitoso autor.
Tras el lanzamiento, “…solo quedaban tres” estará disponible en librerías de todo el país y en tiendas digitales, en formato físico y Kindle.