Más de 500.000 personas siguen siendo analfabetas

En los últimos 16 años, la erradicación del analfabetismo en El Salvador ha perdido impulso, revelan datos oficiales de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM). Solo entre 2014 y 2022, la población que no sabe leer ni escribir se ha mantenido en más de 500.000 personas.

El informe preliminar de la EHPM para 2022, publicado a fines de marzo por la Oficina Nacional de Estadística y Censos (ONEC), muestra que el analfabetismo disminuyó levemente el año pasado. Afectó al 9,7% de la población de 10 y más años, frente al 10% de 2021, aunque fue una décima superior al 9,6% de 2020.

Las cifras oficiales recogidas por LPG Data advierten que el estancamiento observado en los últimos tres años es una tendencia que en realidad se viene produciendo desde hace más de una década. Si bien el analfabetismo logró reducirse 10,6 puntos entre 1992 y 2006, en los siguientes 16 años (2007 a 2022) apenas se contrajo 4,9 puntos.

“¿Quién está actualmente a cargo de los procesos de alfabetización? No lo sé ahora mismo».
Óscar picardoDirectora ICTI

Como resultado, el país ya lleva ocho años, desde 2014, con más de 500.000 personas mayores de 10 años que no saben leer ni escribir. En 2022, esa población ascendía a 522.402.

Los datos de la EHPM también confirman que el analfabetismo predomina en los departamentos más rurales y, al menos desde 2019, el más afectado ha sido La Unión. En 2022, en ese departamento la tasa fue de 16,8%, seguida de Morazán (15,9%), Usulután (15,4%), Cabañas (14,7%) y Chalatenango (13,5%).

Además, las tasas más altas se encuentran en mayores de 60 años (28,3 %), mujeres (11,4 %) y zonas rurales (15,2 %), pero quienes tienen más de estas características tienden a ser más analfabetos, indicó LPG Data. . . En este caso, los mayores de 60 años de la zona rural sufren un analfabetismo del 45,7%.

¿QUIÉN ES LA ALFABETIZACIÓN?

Los expertos en educación y los docentes del sector público coinciden en que se han descuidado los esfuerzos estatales para alfabetizar, en particular a los adultos. Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), señaló que desde 2020 no tienen información sobre las labores de alfabetización. Recordó que la UFG, la Asociación Intersectorial para el Desarrollo Económico y Social (CIDEP) y ONG trabajaban en este tema antes de 2020, pero “después del año de la pandemia no se supo más al respecto”, apuntó.

“El problema es que muchas personas inician el proceso de alfabetización, sobre todo adultos mayores de 15 años, y no logran completar el ciclo”, subrayó.

“Hay que tener en cuenta que, al menos en este momento, a este gobierno no le interesa (la alfabetización)”.
Carlos Olanosindopets

Carlos Olano, secretario general del Sindicato de Educación para Todos (SINDOPETS), explicó que luego de la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, se implementaron programas que redujeron los índices de analfabetismo, entre ellos las Escuelas de Gestión Comunitaria (EDUCO), que iniciaron alrededor de 2004. Luego, alrededor de 2009 y 2010, se inició el plan de declaración de municipios libres de analfabetismo, que duró unos ocho a nueve años. Pero durante la pandemia, coincidió, la educación quedó “relegada” a un segundo plano. “Ya no se atienden todos los programas de alfabetización o escolarización en todo el país, eso ya lo sabemos, lo que trajo consecuencias a nivel mundial”, dijo. “Creo que esos efectos son los que estamos viendo, pero también hay que tener en cuenta que, al menos en este momento, a este gobierno no le interesa, porque aparentemente están invirtiendo más en educación, pero en realidad han sacado fondos de programas cuyo principal objetivo era educar a la población», dijo.

Idalia Zúniga, del Frente Magisterial Salvadoreño, también aseguró que hay un “abandono” de los programas educativos, incluida la alfabetización; mientras que Daniel Rodríguez, del Sindicato de Maestros de la Educación Pública (SIMEDUCO), consideró que ha fallado la presencia de promotores en las comunidades dedicados a la alfabetización.

A futuro, y si no hay una política pública, indicó Picardo, lo más probable es que la erradicación del analfabetismo quede estancada.