1- Nuestra Constitución obliga al Presidente de la República a presentar a la Asamblea Legislativa, a través de sus ministros, un informe de labores dentro de los 2 meses siguientes al término de cada año; pero no lo obliga a prestarlo asistiendo personalmente a dicha Asamblea en el aniversario de su toma de posesión. Es el Reglamento Interior del Poder Ejecutivo el que establece que dicho funcionario comparecerá el 1 de junio de cada año para dar cuenta de la gestión de ese órgano, informar sobre la situación general del país, sus problemas y las soluciones a adoptar. Añade que cuando no pueda asistir, lo sustituirá el vicepresidente o, en su defecto, el ministro que él designe. Entonces, cuando no aparece, no se está violando la Constitución, sino una norma secundaria.
2- El General Maximiliano Hernández Martínez, en su mensaje presidencial del 1 de marzo de 1939, menciona hechos anteriores a su gobierno, como la costumbre de no pagar a tiempo a los servidores del Estado, los déficits presupuestarios «eternos» aumentando enormemente la deuda interna, el descrédito del gobierno que no pagó a los acreedores, el desorden en la elaboración y ejecución del presupuesto. Afirmó que puso remedio a todos estos males, sin lanzar frases de lo que ahora se llama “discurso del odio”. Hizo referencia a su propuesta de hace 2 años de nunca consentir la contratación de nuevos empréstitos, a pesar de «las calamidades de todo tipo que han asolado al país», y agregó que la deuda pública se redujo en 7 millones de colones (lo cual fue bueno «pisto» en ese momento).
Mencionó el éxito de fundar los Bancos Centrales de Reserva e Hipotecarios, basándose en cifras, y que ya se hacían compras en base a la competencia y no a los que tenían influencia. Destacó el principio de unidad de tesorería, un método contra el desorden financiero, que llevó a un superávit en 1931 de un déficit en 1938. Además, gracias a arduos esfuerzos, logró rebajar el préstamo de 1922, cuyos pagos tuvieron tanto impacto en finanzas publicas.
Destacó la obra pública construida sin endeudarse. Así mencionó la Troncal de Oriente, Occidente y del Norte, Los Planes, Zacatecoluca, La Libertad, Sonsonate, El Boquerón, todas con sus montos; por ejemplo, a La Libertad 361.636,24 colones. Mencionó el Estadio Nacional, Parque Cuscatlán, la doble vía (hoy Avenida Roosevelt), Avenida Universitaria, etc.
Solo dedicó 5 líneas a temas agrícolas, diciendo que se necesitaban con urgencia hórreos para el pequeño agricultor y algunos adelantos de dinero sobre sus productos. Sí, trató el tema de la educación y allí le dedicó 3 páginas desarrollando sus ideas teosóficas. No mencionó las palabras democracia o libertad. No soltó promesas de grandes obras, ni pintó cuadros sombríos sin su presencia. Dijo: “Sabemos muy bien que hay mucho que es susceptible de crítica constructiva”, lo que irá mejorando poco a poco, ya que una acción brusca no puede dar buenos resultados. Adjuntó a su mensaje los estados financieros para examen público.
Al final, señaló que su regla de conducta «ha sido actuar con tranquilidad». Bien. Sin embargo, en la Imprenta Nacional se imprimieron 25.000 ejemplares de su mensaje presidencial. Los puntos positivos de su mensaje no pretenden ensalzarlo -ni mucho menos eso- pero es algo que pertenece a la historia y hay que saberlo.