Ser hombre hoy – Noticias de El Salvador

Actualmente se dispone de investigaciones que muestran que los niños tienen una tasa de fracaso escolar mucho mayor que las niñas, el acceso a las aulas en menor medida, su tasa de graduación es menor, su acceso al mercado laboral es notoriamente menor, el consumo de drogas y alcohol mucho mayor, el tiempo que pasan frente a las pantallas es significativamente mayor, etc.

Hemos estado aquí por varios años ahora; en el campo académico décadas, y en el mainstream cultural un poco menos; en el que el discurso ideológico asume que ser hombre representa un privilegio social tan «obvio» que nadie debería disputarlo.

Una forma de pensar que se retroalimenta y que, precisamente por su autorreferencialidad, no permite que voces externas cuestionen sus postulados. Razón por la cual en éste: en el “privilegio de ser hombre, por supuesto, ningún hombre tiene voz… porque, según sus argumentos, el mero hecho de nacer con un par de cromosomas xy significa que la única manera insertarse adecuadamente en la sociedad es «reconocer» el privilegio, «pedir disculpas» por el hecho biológico (¡cuidado! Porque aquí está una de las claves del asunto: ser hombre o mujer, para esta corriente, es una cuestión cultural). , pregunta convencional, y nunca un tema objetivo…), y hablar, sentir, querer y actuar en consecuencia.

Sin embargo… algunos datos actuales parecen mostrar algo muy diferente. Muestran que en las sociedades en las que se instala este discurso, en lugar de lograr la ansiada igualdad entre hombres y mujeres, en lugar de recuperar la posición social que el patriarcado ha arrebatado a las mujeres… ha logrado una clara desventaja para hombres. hombres.

Actualmente se dispone de investigaciones que muestran que los niños tienen una tasa de fracaso escolar mucho mayor que las niñas, el acceso a las aulas en menor medida, su tasa de graduación es menor, su acceso al mercado laboral es notoriamente menor, el consumo de drogas y alcohol mucho mayor, el tiempo que pasan frente a las pantallas es sensiblemente mayor, etc. Además, si el número de suicidios entre los adolescentes varones siempre ha sido muy superior al de las mujeres, hoy en día se ha disparado el número de suicidios entre los varones, frente a las cifras de el pasado.

Pero recopilar datos por el simple hecho de recopilarlos no es muy útil. Por eso se agradece que aparezcan voces que no solo denuncien, sino que también propongan soluciones. Es lo que hace, por ejemplo, Richard Reeves, un investigador inglés que publicó un libro a finales del año pasado con un título muy explícito: “Los niños y los hombres. Por qué el hombre moderno está en crisis, por qué es importante y qué se puede hacer al respecto.

La idea central del libro contradice la tesis fundamental del movimiento Woke. Y que Reeves publica como miembro de la Brookings Institution, un think tank británico que siempre ha sido un referente para la izquierda en el mundo anglosajón.

Según este autor, hoy ser hombre ya no es un privilegio, sino un elemento evidente de desventaja en temas como la educación, el empleo, la salud, el bienestar psicológico, las relaciones familiares, la madurez, el abandono del hogar paterno, la capacidad de trabajo y el compromiso. , etc. .

El libro se une a “La guerra contra los niños” de Christina Hoff Sommers, “Niños a la deriva” de Leonard Sax, “La crisis de los niños” de Warren Farrell y John Gray. Sin embargo, el trabajo de Reeves ha causado más impacto. Quizá porque, como dice el refrán: la cuña, para que apriete, debe ser del mismo palo… Que es precisamente lo que hace el autor al utilizar en su estudio un enfoque y un vocabulario propios del pensamiento progresista, a partir del cual desmonta algunos postulados tomados como no cuestionables desde esa forma de ver las cosas.

En resumen, Reeves va de “necesitamos urgentemente abandonar modos de pensamiento y comportamiento destructivos inspirados en valores obsoletos e históricamente obsoletos y desarrollar un modelo diferente de hombre”, escrito por Myriam Miedzan en 1995; reconocer que este enfoque ha perjudicado gravemente a los hombres y al resto de la sociedad; Por tanto, urge el aporte específico de una masculinidad positiva y “prosocial”, y no una condena simplista de los varones.

Ingeniero/@carlosmayorare

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