El mundo
Redacción DEM
Domingo 31 de octubre de 2021 • 5:21 pm
La expectación fue grande este domingo en el parque de Fort Greene en Blooklyn en el concurso de disfraces de perros que este año se realizó en persona luego del encierro por parte del covid-19.
Se inscribieron ciento cuarenta mascotas para competir por el premio al mejor disfraz, una simple escarapela.
Con un fuerte aplauso, el público eligió a Howie, un cachorro chiweenie que camina sobre dos ruedas, como el ganador absoluto. Su dueña, Alana Davis, lo disfrazó de puesto de perritos calientes, tan típico del paisaje neoyorquino.
«Nunca pensé que esto pudiera pasar», dijo un emocionado Davis a la AFP sobre la victoria de Howie, rescatado de una perrera, quien durante tres años tiene la mitad de su cuerpo paralizado y en cuyo elaborado disfraz colaboró toda la familia.
Con la única pauta de que el jurado evaluará los disfraces hechos a mano, los propietarios, a menudo vestidos como sus perros, son libres de elegir el motivo, dijo a la AFP la directora del concurso, Emily Lawson.
“Algunas personas tienen formación arquitectónica y crean estructuras, otras simplemente aparecen con sus perros con algún tipo de decoración”, explica.
Para la edición de este año, algunos propietarios se han esmerado mucho, como la pareja de alienígenas que bajan con su platillo volante en el que aparece su mini-mascota, que lejos de asustarse por la presencia, risas y aplausos de más de 1.000 espectadores, más bien parece que los recibe con una amplia sonrisa.
Pero la panoplia es amplia. El perro disfrazado de retrete, como sus dueños, dispuesto a inyectarse alguna de las vacunas covid, en una ciudad donde a partir de este lunes será obligatorio para todos los funcionarios municipales. Los que resistan no podrán ir a trabajar, lo que ha levantado ampollas sobre todo entre los bomberos y policías, donde abunda el recalcitrante.
En Halloween no faltan brujas, hadas, personajes de las películas de Cruella o Walt Disney, Sherlock Holms, disfraces de tacos, espaguetis, girasoles en un jardín, una novia en fuga …
La imaginación no tiene límites para los dueños de estos dóciles animales que parecen haber perdido la capacidad de ladrar y más bien mimetizarse con el comportamiento humano.
Entre los ‘espectadores’ en esta soleada mañana, un cachorro observaba desde las gradas el desfile en una jaula para perros -como el de los bebés- colgando del regazo de su dueño con las cuatro patas hacia adelante sin emitir el menor sonido durante los casi dos. horas que duró la feria, que acaba de celebrar su 23ª edición.
Y todo indica que seguirá celebrando muchos más si se tiene en cuenta que la industria de las mascotas alcanzó los 103.600 millones de dólares anuales en 2020, según la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas (APPA), el nivel más alto de la historia. Y para este año se espera un crecimiento del 5,8%.
El 67% de los hogares estadounidenses tienen al menos una mascota.